Por Matías Pecorari
El café es mucho más que una bebida
tónica que se administra caliente y que, frecuentemente se sirve en tazas.
Definición que podría encontrarse, más o menos así, entre los argumentos de
cualquier persona que lo haya disfrutado.
El café es mucho más, en la medida en
que trasciende su papel de bebida para convertirse en la coartada perfecta para
las relaciones sociales. Y sino, ahí están las socorridas frases hechas de
quedar para un café, compartir un café o hacer café para quien se deje invitar.
Frases que, en modo alguno, son muletillas, encierran la magia que tiene el
café en nuestra cultura.
Y si el café tiene la propiedad de
reunirnos, de citarnos, de hacernos hablar y de sentarnos para entendernos y
escuchar, qué no puede hacer una cafetera en una oficina.
Proporcionando café en un entorno formado
por trabajadores que basan su trabajo, independientemente del sector económico
al que pertenezcan, en los valores sociales a los que se entrega cualquier
colectivo que ha de buscar la buena comunicación, la mejor sintonía, en el
desempeño de su labor.
Si es la coartada perfecta para seres
sociales como nosotros, también lo será para ofrecernos eso mismo en el
ambiente de una oficina. Qué mejor manera para mejorar las relaciones
interpersonales en una empresa que alrededor de una taza de café.
Si aún no se ha decidido por instalar
una cafetera en la oficina, piense en ese valor añadido que aporta el café.
Y sino, haga el ejercicio de
reflexionar sobre cómo resultaría instalar una máquina automática que expidiera
chicles, caramelos o incluso tes. Ninguno de esos productos, que no hay que
dudar que son del agrado de mucha gente, tienen el poder de citar a las
personas. Son los beneficios del café.
Fuente: Amantes del café.org
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