El café es un gran negocio. En términos de commodities legales se encuentra en segundo lugar después del petroleo. Algunos países dependen de él casi exclusivamente.
Así como es rentable, el comercio del café también es inestable. Los precios oscilan salvajemente para arriba y para abajo.
En 1970 una helada que destruyó la mayor parte de la inmensa cosecha de café de Brasil elevó los precios mundiales del café en las nubes y, hoy en día, los rumores acerca del clima así como las modas a la hora de tomar café pueden afectar mucho su precio. Un breve intento de mantener estables los precios a través del Trato Internacional del Café no tuvo éxito.
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