El café es una de las bebidas
calientes preferidas en el mundo, a tal punto de que muchas personas no pueden
comenzar su día si no toman una taza antes.
Solo el pasado año, más de 150 millones de sacos de las semillas de café
se consumieron en el mundo, de acuerdo a la Organización Internacional del Café
(OIC), lo que convierte al café en una de las bebidas más populares del
planeta. Pero además de ser una bebida
rica y energizante, genera grandes beneficios para el cerebro, asociados a la
concentración y la memoria.
En México se consume mucho café,
pero además es uno de los mayores productores de esta bebida en el mundo,
produciendo casi 4 millones de costales en el año. El 70% de las ventas de café
provienen de Starbucks, Punta del cielo y Cielito querido café. Nuestro país
produce café de excelente calidad y diversas variedades, gracias a la
topografía del territorio que tiene diferentes alturas, climas y suelos. Entre
las variedades más destacadas se encuentran Coatepec, Pluma Hidalgo y
Jaltenango, entre otras.
El café y sus efectos
Muchas personas acostumbran tomar
un café en la mañana, para poder empezar
el día con energías. Es conocido el efecto energizante de esta bebida, lo que
se explica por las llegada de las moléculas de cafeína al cerebro, las que se
unen a los receptores de adenosina, generando un estímulo en ellas y en el
resto de las células.
Su efecto dura entre una y tres
horas, lo suficiente para darnos el empujón inicial del día y comenzar a
trabajar, estudiar, o realizar tareas de la casa con energías óptimas. Su
consumo moderado (no más de dos tazas por día) genera grandes beneficios a
corto y largo plazo en el cerebro, lo que permite a los individuos ser más
productivos y mejorar su calidad de vida.
El efecto del café en la memoria y la atención
Diversos estudios se han
elaborado sobre los efectos del café en la productividad y desempeño de las
personas, lo que ha demostrado sus propiedades energéticas, sin embargo, poco
se sabía sobre sus efectos a largo plazo y sobre en qué momento es más conveniente
tomar café, antes o después de realizar alguna tarea. Un estudio elaborado por
la Universidad Johns Hopkins demostró que beber con moderación café mejora el
rendimiento de la memoria, sobre todo si lo hacemos luego de realizar tareas específicas.
Para llegar a estas conclusiones,
el equipo de investigadores desarrolló un experimento en el que participaron
150 voluntarios que no tomaban café y los sometieron a varias pruebas. Estas
consistían en mostrarles imágenes para que posteriormente las recuerden. Luego
de la actividad, a algunos participantes se les dieron tabletas de 200
miligramos de cafeína, mientras que a otros se les entregaron placebos.
Pasados algunos días, se les
mostraron imágenes a los participantes para que identificaran cuáles ya habían
visto y cuáles no. A las imágenes ya conocidas, se les agregaron algunas
modificaciones mínimas, para saber si los participantes eran capaces de reconocerlas.
La mayoría de ellos pudieron identificar las imágenes vistas, pero solo los
voluntarios que tomaron cafeína reconocieron las diferencias introducidas.
La capacidad de reconocer
diferencias sutiles se denomina “patrón de separación”, y es lo que nos permite
como individuos reconocer las diferencias sutiles que nos sirven para, por
ejemplo, recordar un camino que realizamos o saber dónde dejamos estacionado el
automóvil. La capacidad de recordar sutilezas permite al cerebro evitar el deterioro cognitivo que se asocia a
enfermedades como el alzhéimer.
Pero el café no solo mejora
nuestra capacidad de retención, sino que también nos mantiene atentos para
captar todo tipo de estímulos exteriores mientras dura el efecto de la cafeína,
lo que nos permite tener una mayor percepción sobre las cosas que pasan y
comprenderlas con mayor facilidad.
Fuente: Universia México
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