El café es una infusión que se saborea y disfruta, no
hablamos del café cotidiano, ese que tomamos a las apuradas cada mañana. Nos
referimos a ese capricho que se consienten los amantes
del café, es decir, a un café de alta calidad, con un bouquet
de aromas y sabores que merecen que se los aprecie debidamente. Es para estos
casos que compartiremos algunos consejos para degustar el café.
Estas técnicas no difieren
demasiado de otras más popularizadas como las que se utilizan para catar vino,
pero en definitiva nos sirven para valorar un café
de primera calidad.
Lo primero ante una buena
taza de café, es activar el olfato, componente clave del sabor. La lengua, el
sentido del gusto, apenas distingue cuatro sabores: salado, dulce, amargo y ácido. En cambio, el sentido del
olfato, es capaz de detectar una cantidad innumerable de aromas, de los más
sutiles, que son los que nos ayudan a captar la individualidad de cada café.
Así, lo primero, es oler nuestro café.
El aroma es determinante en
el sabor. El tinte de ese aroma puede ser floral (si sentimos una sutil
reminiscencia a flores, como la lavanda) o también podemos percibir matices
ahumados, como leña. Algunas de estas categorías aromáticas
que sirven para clasificar y describir un café
son: floral, vinoso, terroso, frutal, picante, dulce y limpio.
El paso siguiente es dar el
primer sorbo. Se debe airear el café
dispersándolo a través del paladar, lo que permite que los sabores y aromas
sutiles lleguen a la nariz.
Concéntrate en qué parte de la lengua está
percibiendo el sabor: la punta, los lados, y también cómo se
siente el café en la boca.
La acidez del café es una de
las características más destacadas, pero no se refiere a percibir un café
agrio, sino más bien a una sensación en la boca de
frescura, de sabor limpio. Suele ser percibida a los lados de
la lengua, no es lo mismo que el amargor. Es una característica de los cafés de
gran calidad, provenientes de cultivos de gran altitud, como muchos de los de Latinoamérica.
Por cuerpo, se percibe a la
impresión tangible del café en la boca. Existen cafés ligeros, otros medios y
otros con cuerpo. Tanto la variedad como el método
de preparación afectan la percepción de cuerpo: los cafés
preparados en una prensa de café o los Espresso suelen tener un cuerpo más
completo que los cafés preparados por otros métodos.
Finalmente, el sabor describe la impresión total del aroma, la
acidez y el cuerpo. Es útil en este punto, relacionar el sabor con algunas
reminiscencias, por ejemplo, si el café recuerda al chocolate, o a algún otro
sabor.
Fuente: Amantes del café.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario