El gesto cotidiano de preparar un café
puede ser mecánico, casi automático para muchos fanáticos. Pero poner en ello
un poco de empeño y cuidar algunos detalles, puede regalarnos el placer de
disfrutar cada día de una taza de café con su sabor óptimo.
El primer paso para preparar un buen
café es escoger adecuadamente el producto: optar por uno de calidad, en algún
establecimiento donde se sabe que ha tenido un buen manejo y un buen tostado,
además de estar fresco y conservar su aroma. Se debe evitar guardarlo en donde
reciba demasiada luz, calor y/o humedad. Para mantenerlo fresco, se debe
conservar dentro de un envase hermético y a temperatura ambiente. Se puede
guardar en el mejor estado hasta por una semana, pero una vez abierto, se debe consumir
en siete días, máximo.
Lo ideal en cuanto al agua, es que sea
depurada o hervida previamente, para cuidar nuestra cafetera. El agua no debe
hervir, al tiempo que la taza tiene que estar un poco caliente antes de verter
el café, que debe prepararse al momento de beber. La temperatura del agua de 94
a 96º C es la ideal. El café espresso ideal, se prepara en cafetera
preferiblemente manual para obtener el mejor resultado.
Se debe poner a punto la máquina, en
caso de que se trate de una cafetera simple, se debe realizar una buena
limpieza para eliminar residuos viejos de café. Lo ideal no es limpiar el
filtro solo al final del día, sino hacerlo entre café y café, haciendo que pase
agua hasta que se vea que ya no hay residuos dentro, con una temperatura
adecuada de 90 grados.
El café cortado y el capuchino son muy
populares, para ello se debe agregar leche a la preparación. El café cortado es
un café espreso normal con una tercera parte de leche caliente bien espumosa,
como máximo. Hay quienes sugieren agregan antes un chorrito de leche fría y
después una cuarta parte de leche caliente espumosa. El sabor de un buen
espresso o capuchino se logra calentando la leche, para formar una rica espuma.
En el caso del capuchino se logra
haciendo primero un espresso tradicional y agregándole luego un máximo de dos
veces de leche calentada con espuma. Las proporciones son ideales son: 1/3 de
café expreso, 1/3 de leche y 1/3 de espuma. Este tipo de cafés, se sirven mejor
en tazas cónicas.
Fuente: Amantesdelcafé.org
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