Durante las fiestas navideñas,
celebraciones o fiestas que tengan lugar en tu hogar, y sobre todo si los
invitados no son de mucha confianza, o incluso en ese caso si deseas ofrecer
una comida o cena con todas las características de un buen anfitrión o
anfitriona, deberás aprender algunas reglas de protocolo para conseguirlo.
Para que todo salga a la perfección no
basta con servir una estupenda comida con una mesa bien distribuida y decorada,
con la bebida apropiada y la mejor mantelería, ya que si a la hora de servir el
café no lo haces de la forma más adecuada, se puede oscurecer mucho el éxito de
tu comida navideña o acontecimiento.
Por tanto, vamos a ofrecerte una serie
de consejos para que la hora del café, no empañe el lucimiento de tu fiesta.
Elaborar
el café perfecto
- Asegúrate de comprar un café fresco.
- No compres café torrefacto, ya que tiende a ocultar los sabores, mejor elige el café de tueste natural.
- Fíjate bien en las cantidades a la hora de realizar el café.
- No es imprescindible, pero si tienes mucho interés en la perfección del café, lo mejor es que lo tuestes en casa.
- Del mismo modo, también puedes comprarlo en grano y molerlo justo antes de hacer el café. De este modo te aseguras un resultado perfecto, ya que tus invitados se sorprenderán con el sabor y aroma original del café que les sirvas.
- Es importante que utilices el tipo de molido adecuado según la cafetera que vayas a utilizar.
- Obviamente, debes prepararlo justo antes de servirlo. Nunca se debe recalentar el café.
Se puede servir en la misma mesa donde
fue la comida o si se prefiere en otra mesa más pequeña donde los comensales
puedan sentarse de manera más cómoda e informal para tomar el café, las pastas
y los licores, pero no es necesario cambiar de estancia. Eso sí, en caso de
hacerlo en la mesa donde hemos comido, deberá estar limpia, con todo recogido y
que solamente quede en ella, el centro de mesa, en su caso, y las copas de
agua.
Cómo
servir el café según el protocolo
Quizás las tazas de café más
protocolarias sean las de porcelana, ahora bien, también se puede optar por
tazas de barro o gres, ya que cualquiera de estos materiales son idóneos porque
guardan el calor de la bebida.
El café recién hecho debe volcarse a
una jarra, nunca servirlo en la misma cafetera, a excepción de cafeteras como
las más actuales de cápsulas, en las que directamente se sirven en la taza. En
ese caso, se colocarían en una bandeja de plata o de otro material, nunca de
plástico, y se llevarían a la mesa de
esta forma.
En los otros casos, en la bandeja se
pondría la jarra del café, una pequeña jarra con leche caliente, otra de leche
fría y un dispensario de varios tipos de azúcar, normalmente, azúcar blanco,
moreno y edulcorantes.
Antes de servir el café lo más
correcto es preguntar cómo lo desea y ofrecerle otras posibilidades como té u
otro tipo de infusión.
Las tazas se deben ofrecer al comensal
con su plato correspondiente y de forma que el asa le quede al lado derecho.
Cuando se colocan en la mesa, igualmente el asa debe quedar a la parte derecha
y la cucharilla junto al asa.
Es conveniente, cuando sirvamos el
café, ofrecer algunos dulces y, posteriormente, licores variados.
Fuente: About en español.com