Por Natán Gasparotti
No hay duda alguna de que una pasión
del ser humano tan grande como el consumo de café está estudiada ampliamente.
La fascinación del hombre por el café solo se iguala en la extensiva literatura
al respecto. Sin embargo, se suele pensar al café como simple “vehículo para la
cafeína”, cuando en realidad es una bebida muy compleja.
Comunidad
Científica
Ésta es también la razón por la cual,
por lo general, los científicos “van y vienen” en sus opiniones respecto de si
el café es bueno o malo para la salud. El café posee cientos y cientos de
compuestos diferentes. Por ello su consumo (especialmente si es acompañado de
cigarrillos u otros) puede conducir a resultados de salud muy diversos. Puede
ser bueno para algunas cosas y malo para otras (por ejemplo, para la diabetes o
la depresión), y eso es lo que general esta “oscilación” en la comunidad
científica. Pero hay ciertos aspectos que si pueden afirmarse. Uno de ellos es
el consenso del efecto del consumo de café en el rendimiento de un ser humano,
en especial en lo que respecta a sus capacidades cognitivas.
La
cafeína y el rendimiento cognitivo
La cafeína se ha demostrado efectiva
para mejorar varios modos diferentes de funcionamiento respecto al ejercicio,
incluyendo la resistencia, actividad de deporte de equipo de alta intensidad y
el rendimiento fuerza-potencia. En una serie de investigaciones, McLellan
examinó los efectos de la cafeína en las unidades militares de las fuerzas
especiales que se someten rutinariamente a formación y las operaciones en
condiciones de privación de sueño, donde el estado de alerta y la observación
diligente son cruciales para la asignación.
En los estudios, la vigilancia se
mantuvo o aumentó, como las medidas de rendimiento físico, los tiempos de
ejecución y la finalización de una carrera de obstáculos, que también mejoraron
por los efectos del consumo de cafeína.
Ésta y otras investigaciones parecen
sugerir que la cafeína proporciona una ayuda ergogénica eficaz para los
individuos (pero no limitado a largos períodos de privación del sueño, en
individuos entrenados y no entrenados).
La cafeína en estas condiciones ha
demostrado mejorar los parámetros cognitivos de la concentración y el estado de
alerta, así como también puede beneficiar a los atletas en cuanto a resistencia
tanto física como cognitiva. Por lo tanto, es correcto afirmar que la cafeína
tiene un efecto ergogénico, mejorando la capacidad para hacer la tarea o
ejercicio, probablemente a través de un camino que conduce a la adrenalina
elevada y un aumento del flujo sanguíneo hacia el corazón y los músculos.
A este respecto, cabe mencionar que
EFSA ha confirmado que una relación de causa y efecto se ha establecido para el
consumo de cafeína y el aumento de la performance y la resistencia. Los efectos
son más evidentes en deportes de resistencia, tales como correr, montar en
bicicleta o remo.
Entonces,
¿el café me “despierta”?
La literatura científica asociada con
la administración de suplementos de cafeína es extensa. Es evidente que la
cafeína posee un claro efecto ergogénico en lo que refiere al rendimiento
deportivo, pero es específica a la condición del atleta (así como en
intensidad, duración y el modo de ejercicio). Pero cabe mencionar que la
cafeína es más potente cuando se consume en un estado anhidro (cápsula o
comprimido, polvo), en comparación con el café.
En cuanto a los tiempos y el efecto,
no está definido, ya que se detectaron pruebas de su eficiencia en un paraguas
que cubre desde los 15 minutos de consumido el café a los 60 minutos.
Por otra parte, no existe evidencia de
que un consumo alto (≥ 9 mg / kg) genere un mayor beneficio. Esto es importante,
ya que si bien se conoce que el bajo consumo (~ 3-6 mg / kg) de cafeína no
proporciona un aumento del rendimiento, tampoco aumentará si nos excedemos en
su consumo.
Pero si ha quedado claro que, ante la
privación del sueño la cafeína aumenta el estado de alerta (y puede mejorar la
resíntesis de glucógeno durante la fase de recuperación de ejercicio).Cafe003
Es importante mencionar que, ante la
creencia popular de que “el café deshidrata” o “hace mal cuando hace calor”, no
sólo que quedan absolutamente desmentidas, sino que varios estudios no han
demostrado ningún de cambio en la tasa de sudoración (no traspiraremos más a
causa del café), pérdida total de agua o un cambio negativo en el equilibrio de
líquidos que pueda afectar negativamente al rendimiento, incluso en condiciones
de estrés por calor.
De esta manera, podemos concluir
satisfactoriamente que el consumo de café moderado es extensamente beneficioso
para el desarrollo de nuestras tareas diarias y continúa constituyendo un
aliado delicioso para los trabajadores alrededor del mundo.
Fuente: Amantes del café.org
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