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viernes, 13 de noviembre de 2015

El cultivo del café en México




Autor: Francisco Aguirre
La cafeticultura en nuestro país tiene una importancia económica y social considerable que, según el Ingeniero Gabriel Gómez, tiene sus cimientos a finales del siglo XVIII, cuando ya se habían registrado las primeras exportaciones del grano provenientes de Córdoba. Debido a la guerra de Independencia, el cultivo fue abandonado, retomándose hasta 1817.
Por su parte, Mariano García señala que es hasta poco después del año 1820 que se tienen noticias del cultivo del arbusto en la zona del Soconusco. Ya desde mediados del siglo XIX Don Matías Romero vio que algunos de los factores que podían hacer redituable el cultivo del café se encontraban en México: terreno y clima apropiado, cercanía con los centros de exportación a fin de no recargar los costos con fletes innecesarios y mano de obra barata en la época de cosecha. Don Matías Romero también impulsó fuertemente el desarrollo de la economía cafetalera en general, especialmente la inversión extranjera, así como la ampliación de la demanda de nuestro café en Estados Unidos.
Durante el Porfiriato, el principal estado productor fue Veracruz, siguiéndole Colima, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca y Tabasco. En la misma época el cultivo se extendió a los estados de Jalisco, Tamaulipas, Durango, México, Nayarit, Sinaloa y Coahuila. Actualmente el aromático se cultiva en doce estados de la República Mexicana, que en orden de importancia son: Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero, Hidalgo, San Luis Potosí, Nayarit, Jalisco, Tabasco, Colima y Querétaro. La superficie con cafetos en el país representa 3.2% de la tierra sembrada, según cifras del último Censo cafetalero realizado por el Instituto Mexicano del Café (publicado y revisado en 1992 por el Consejo Mexicano del Café).
Las regiones cafetaleras se concentran en cuatro zonas: las vertientes del Golfo de México y del Océano Pacífico, la zona Centro-Norte y la del Soconusco en Chiapas, en el sureste mexicano, que en conjunto abarcan 398 municipios en los 12 estados productores.

Desde el punto de vista económico, entre 1985 y 1991 el café participó en promedio con el 2.6% del valor total de las exportaciones y 36% del valor de las exportaciones agrícolas, porcentaje que se reduce sensiblemente entre 1990 y 1993, debido a los bajos niveles de precios prevalecientes en esos años. No obstante que el repunte de precios posterior a 1994 incidió en una mayor participación de este producto en el valor de las exportaciones, su importancia total ha declinado, aunque sigue siendo el principal producto agrícola de exportación. Así, en 1997 se captaron 827 millones de dólares por su venta en los mercados internacionales, lo que representa el 1.43% del PIB agropecuario, mientras que en el año calendario 1996, México captó divisas por concepto de exportaciones de café, del orden de los 795.5 millones de dólares, 85% del total se debió al café verde sin descafeinar (676.7 millones), 67 millones por café verde descafeinado y 30 millones por extractos, esencias y concentrados.
Según el último censo del Inmecafé, de todas las ramas de producción, procesamiento y comercialización del café dependen alrededor de tres millones de personas, ocupando más de 280,000 unidades agrícolas, de las cuales 92% es menor a cinco hectáreas y aportan alrededor de 50% de la producción nacional. Por superficie cosechada, el cafeto figura entre los principales cultivos del país ocupando el quinto lugar después del maíz, frijol, sorgo y trigo.
Las especies del arbusto del cafeto que se cultivan en el país son dos: 1) la arábiga, árabe o arábica y 2) la robusta o canephora. Aproximadamente el 98% de los cafetos son variedades arábigas como la Bourbón, Caturra, Maragogype (o Márago), Mundo Novo, Garnica y Typica; siendo esta última la que predominaba en México hasta hace poco; sin embargo, actualmente se le está reemplazando por variedades de porte bajo y mayor producción como la Catimor y Catuai. Cada variedad posee diferencias de calidad, volumen producido, rendimiento, resistencia a las plagas y a las enfermedades, aroma, acidez, etc.
En el ciclo de producción 1995/96, el 85% del café que produjo México fue del tipo “lavado”, el 12% “natural” y 3% de robustas. Se observa que aumentó la producción en los cafés naturales (40% de incremento en 1995/96 respecto de 1994/95), el café robusta tuvo un incremento del 26% y los lavados incrementaron su producción en 25% en el mencionado periodo.
Por otra parte, el consumo interno de café (hasta 1996) se estima en alrededor de 1,050,000 sacos (de 60 Kg.) de café, equivalente a 700 gramos per cápita al año. Dicho consumo es bajo si se compara con el de Estados Unidos (3.72 Kg.), Francia (5.7 Kg.), Alemania (8.5 Kg.) o Suecia (11 Kg.).
La posición de México como primer productor en el grupo de los "otros suaves" y la importancia del Tratado de Libre Comercio con nuestro principal socio comercial, que es al mismo tiempo el primer consumidor de café del mundo, colocan a México en una posición de relativa ventaja frente a los demás países, especialmente con quienes compite de manera más cercana (Centroamérica y Colombia). Sin embargo, el sector cafetalero también ha tenido numerosos problemas originados dentro y fuera de las fronteras nacionales. Entre ellos, la caída de los precios internacionales del grano, condiciones sociales adversas, la disminución en el apoyo gubernamental a la cafeticultura, etc. Muchos de estos elementos serán descritos en este apartado.
FUENTE: Revista Vinculado

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