El molido es una operación clave dentro de la cadena de
elaboración de un buen café, a la que se le da muy poca importancia.
El grano molturado debe tener una granulometría perceptible al tacto y no llegar
a tener una consistencia harinosa. Si está
poco molturado, al realizar
la infusión, no
se extraerán todos los sabores, y
si lo está excesivamente, se disolverán excesivamente los componentes
menos aromáticos y más amargos,
además de formarse una pasta que dificultará el proceso.
Para cada
uso y para
cada tipo de máquina, existe un grado adecuado de molturación
del café. Hubo un tiempo en que estaba
prohibido vender café molido envasado, para evitar picarescas indeseadas, pero
hoy es normal
la compra del café molido, con lo que el consumidor puede ahorrarse la
delicada operación de moler el café en su grado justo.
La determinación de
la granulometría o medida de las
partículas molturadas, está en función
del tipo de
cafetera que se usará
en la preparación
del café. Las partículas
resultantes de la molturación
pueden medirse con diferentes sistemas
de los que
los más conocidos son
por cedazos de diferentes medidas o por el medio más moderno
a base de láser, más exacto y rápido que los anteriores. A través de estos controles,
también se averigua el desgaste de las fresas o rodillos.
Tanto las cafeteras tipo Mocca o de fuego como las de
filtro, admiten diferentes tipos de molturación,
desde gruesos de promedio de 650
mu. Hasta los más finos de 430 mu. El resultado final de un mismo café en una
misma cafetera será diferente si variamos
la molturación, tanto por el
efecto de la misma como por la cantidad de producto (a más fino, más cantidad
en el mismo volumen).
Es importante el control de la tempera-tura del café molido:
esta no puede estar por encima de 50ºC (lo ideal es conseguir
que no supere los 35ºC) ya que a partir
de aquí podemos
notar gustos de café requemado y
además tendremos más pérdidas
de gases y aromas
de lo habitual.
La velocidad del motor,
el estado de
las fresas o rodillos y la refrigeración del sistema son
elementos que hay que tener en cuenta para preservar la calidad del café.
Hay dos tipos principales de molinos: los que usan fresas
y los que
usan rodillos. Pero los veremos en la siguiente entrada.
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